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LA AMBICIÓN SIN LÍMITE DE LAURA LYN FERNÁNDEZ PIÑA.


La prepotente codicia de la presidente municipal de Puerto Morelos, Laura Fernández Piña, obtiene millonarios recursos con mentiras a la Federación, al pueblo y a nuestro gobernador.

*Le salió el tiro por la culata la pretensión de destruir el parque central para construir una “Plaza Cívica», pues despertó la ira popular en su contra. Ya que nadie la tolera ni aguanta en Pto Morelos.


Atrapada en una madeja de intereses personales y de grupo, la presidente municipal de Puerto Morelos, Laura Fernández Piña, entró en una espiral sin retorno hacia la segura debacle política que frustrara toda aspiración a cargos de elección popular. (Entre ellas la gubernatura)


Y es que para nadie es extraño que su principal anhelo es ser la candidata de la alianza Morena-PVEM al gobierno de Quintana Roo, aspiración que ella misma tiró al piso por su codiciosa prepotencia de imponer a los puerto morelenses obra que no requieren, pues pretende destruir el parque central conocido como Casco Viejo para construir una “Plaza Cívica». Y robarse todo el dinero que pueda así como posteriormente concesionar el uso del mismo lugar.


Hace unos días, la alcaldesa le dio el tiro de gracia a su escasa popularidad al intentar sorprender a los habitantes del municipio al poner en marcha durante la madrugada una obra de remodelación del parque del Casco Antiguo, trabajos que fueron frenados por los mismos habitantes, quienes desde entonces mantienen en plantón el corazón de la demarcación.


El parque es conocido como el Casco Antiguo y se encuentra a unos pasos del mar y aunque no tiene manglares ni fauna silvestre protegida, guarda un alto valor recreativo, de convivencia y apropiación para la comunidad, cuyos pobladores coinciden en que su estado es funcional y no requiere de readecuaciones con valor de 19 millones de pesos, habiendo otras necesidades más urgentes. (Presupuesto mega inflado con sus amigos constructores)

El oneroso proyecto, cuya licitación fue publicada desde octubre de 2019 por el ayuntamiento como “Construcción y Equipamiento de Plaza Cívica», no fue consultado con la ciudadanía y es el único espacio público cerca del mar para los habitantes y turistas.


El hecho que despertó la ira de los habitantes, fue que una decena de obreros se presentó para iniciar actividades preliminares de obras valuadas en 19 millones de pesos, con la oposición de la ciudadanía que le ha manifestado a la edil que se necesita un hospital, escuelas, pavimentación y drenaje, no trabajos de ornato. Ósea hay que ser peje pero no lagarto.


Las mentiras de la alcaldesa para solicitar recursos a la Federación radican en hacer creer la existencia de una plaza cívica cuando no la hay, por ello quiere destruir el parque Casco Antiguo para obtener más de 19 millones de pesos.


Este engañoso proceder de la alcaldesa es cada vez más recurrente, tan solo basta recordar cuando salió a divulgar con bombo y platillo que en Puerto Morelos se disfrutaba de paz social y una extraordinaria estabilidad económica, todo ello encaminado para justificar la presencia de las Asociaciones Públicas Privadas de la familia y quedarse los principales negocios del municipio.


No fue en balde el anuncio de que la calificadora HR Ratings asignó a Puerto Morelos la calificación HR A con Perspectiva Estable, que lo posiciona como un municipio sólido, que cumple todos sus compromisos, ofrece seguridad para el pago oportuno de obligaciones de deuda y mantiene bajo riesgo crediticio ante escenarios adversos de la economía.


Según Laura Fernández Piña la buena nota se alcanzó en tiempo récord, gracias a que hay un estricto control sobre el manejo del presupuesto y se han evitado las deudas a largo plazo, y pone a Puerto Morelos a la altura de municipios como Guadalajara, que ocupa uno de los primeros lugares por sus ingresos y que ya no requiere tanta infraestructura, básicamente mantenimiento.


Estás barbaridades que comentó en su momento la alcaldesa resultan una ofensa para los puerto morelenses, que recorren las calles y que ven con sus propios ojos como las bellezas de la demarcación son invadidas, vulneradas y saqueadas. Pto Morelos se cae a pedazos y la presidenta dice que todo está súper bien.


Pero vamos por partes. Nadie duda de las estimaciones que hace la calificadora HR Ratings que asignó a Puerto Morelos la calificación HR A con Perspectiva Estable, pues por fortuna Puerto Morelos cuenta con varios entes generadores de riqueza que le dan fortaleza propia, no por la obra y gracia de la alcaldesa.


El municipio de Puerto Morelos fue creado el 5 de noviembre de 2015, mediante el Decreto número 342, expedido por la H. XIV Legislatura Constitucional del Estado libre y soberano de Quintana Roo, el cuál entró en vigor el día 6 de enero del 2016. Puerto Morelos nació hace cuatro años sin deuda, y ahora tiene una deuda cercana a los 30 millones de pesos. Quien creen que le generó esta deuda al nuevo Municipio.....


Según declaraciones de regidores, la deuda a corto plazo de 19 millones de pesos y otra de 10 millones de pesos para el pago de proveedores que fueron contraídas el año pasado siguen intactas. Sin embargo, para la calificadora HR Ratings no representa un riesgo grave sobre todo cuando sobre todo cuando para el presente año, la presidente Laura Fernández Piña solicitó un presupuesto de ingresos 423,166,252.00 (Cuatrocientos veinte y tres millones ciento sesenta y seis mil doscientos cincuenta y dos pesos 0/100) para el año 2020, es decir 44,282,794.00 (Cuarenta y cuatro millones doscientos ochenta y dos mil setecientos noventa y cuatro pesos 0/100).


Ahora, en su misma declaración asegura que Puerto Morelos es similar a Guadalajara, que ocupa uno de los primeros lugares por sus ingresos y que ya no requiere tanta infraestructura, básicamente mantenimiento.


Los desaciertos de la alcaldesa en los que incurre con sus campantes y chabacanas declaraciones generan más indignación que credibilidad, al menos a los puerto morelenses que a diario enfrentan las carencias, las ausencia y sobre todo la soberbia de una autoridad que pretende que sus gobernados sean súbditos silenciosos. Sin olvidarnos de la gente del poblado de Leona A. Vicario, que la presidenta no los visita ni los incluye pero ni de broma.


Con la rebelión de los habitantes de Puerto Morelos se despertó al pueblo bronco al cual Laura Fernández desconoce porque nunca se ha acercado a él para consultarlo, por el contrario su proceder prepotente ha provocado que sus aspiraciones se vayan a la basura así como carrera política y en la administración pública.


Fuente: sol Quintana Roo.



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